HARINAS BLANCAS REFINADAS:
REDÚCELAS O ELIMÍNALAS
PARA TENER UNA MEJOR SALUD
Tener
una dieta sin harina se ha vuelto algo muy popular en los últimos años, y es
complicada de seguir. Sin embargo, está científicamente comprobado que reducir
el consumo de harina (incluso si no lo eliminas por completo) puede ser muy
bueno para tu cuerpo.
Muchos
investigadores se refieren en sus estudios a los efectos perjudiciales que las
harinas procesadas y refinadas causan en el organismo.
Un
reciente estudio de la Universidad de Harvard, recomienda ingerir
"carbohidratos buenos" y evitar los refinados. Según los
investigadores, las ventajas de reducir al máximo estos últimos en la dieta
son:
1. Si
tienes sobrepeso, adelgazarás sin tener que comer menos cantidad.
2.
Sentirás saciedad, tus ganas de picar entre horas disminuirá.
3.
Debido a que el hígado crea grasa a partir de la glucosa proveniente de estos
carbohidratos, al eliminarlos, tu nivel de triglicéridos en sangre se reducirá
considerablemente.
4. Tus
niveles de colesterol bueno (HDL) se elevarán a valores más
favorables.
5. Tus
niveles de insulina, en lugar de variar mucho y de forma brusca (comportamiento
con innumerables complicaciones para la salud), se mantendrán estables.
6. Si
tienes la presión alta, es casi seguro que ésta se normalizará.
7.
Reducirás de forma importante el riesgo de enfermedad cardiovascular.
8. Si
tienes posibilidad de sufrir diabetes adquirida o eres pre-diabético, es muy
probable que te permita tener la enfermedad bajo control incluso sin
medicación.
Diferencias entre harina refinada e integral
Un
artículo publicado por la Revista del Consumidor de México explica que las
harinas integrales proporcionan energía en forma gradual, sin desequilibrar los
niveles de glucosa en la sangre.
Sus
calorías son metabolizadas por el hígado, transformadas en glucosa y
distribuidas en el organismo en forma de energía que se libera conforme el
cuerpo lo necesita.
Por el
contrario, para obtener harinas blancas, los cereales experimentan un proceso de
molienda y refinamiento que implica aplastar y trocear los granos enteros para
despojarlos del salvado (rico en fibra) y del germen (que contiene vitaminas,
proteínas, minerales y grasas insaturadas).
Después
del proceso lo único que queda son los hidratos de carbono que convierten a las
harinas blancas o refinadas en un alimento pobre desde el punto de vista
nutricional.
Harinas refinadas y azúcar
En
opinión de Genaro Matus, académico de la Facultad de Medicina de la UNAM, al
ingerir harinas refinadas, el cuerpo capta azúcar en exceso dentro de sus
células. Esto puede modificar el transporte de los nutrientes y provocar
lesiones celulares.
A nivel
orgánico, explica el experto, se alteran muchas funciones metabólicas y
hormonales; y a nivel cerebral ocurre otro problema, al igual que como sucede
con las drogas, actúa con quimiorreceptores que a corto o largo plazo pueden
llegar a desarrollar una dependencia.
5 Efectos de las Harinas Blancas refinadas
1. Aumento de peso
Si bien es cierto que no pasaría nada si
nos limitáramos a consumir una pizza a la semana o un sándwich de pan blanco,
el problema reside, tal y como te hemos indicado antes, en que gran parte de
nuestra dieta cotidiana contiene un alto porcentaje de harinas blancas
refinadas.
El problema de las
harinas refinadas es que se digieren muy rápido. Es una energía muy breve que,
además, provoca que la insulina aumente y se mantenga en niveles muy elevados.
Poco a poco,
sufriremos un aumento de las reservas de grasa en el organismo y,
a su vez, se crea adicción, puesto que nuestro organismo nos demanda ese tipo
de combustible: el presente en los dulces o el pan blanco.
2. Los alimentos con harinas blancas refinadas carecen de
nutrientes
Te lo señalábamos al inicio. Mientras que
las harinas integrales conservan el pericarpio (la cascarilla del grano),
el germen y el endospermo, a las harinas blancas se les retiran estos dos
últimos componentes.
- Se destruyen sus nutrientes esenciales.
- Se elimina la Vitamina B, esencial en nuestra dieta.
- Eliminamos la fibra, esencial para la salud intestinal y para obtener mejor los nutrientes de los alimentos.
3. Las harinas blancas refinadas tienen “componentes
ocultos”
Con las harinas blancas refinadas sucede lo
mismo que con otros muchos alimentos industriales: se les añaden componentes
para potenciar el sabor y conservarlas.
Las harinas procesadas
pasan, además, por sistema de refinamiento donde se les pone un colorante
“blanco”.
Según el artículo citado
por el Daily Mail, las harinas blancas refinadas contienen los siguientes
elementos:
- Sal
- Soja
- Jarabe de maíz alto en fructosa
- Emulsionantes del sabor
- Conservadores
- Grasas trans (aceites emulsionadores)
4. Riesgo
de padecer alergias
El consumo intenso de harinas blancas
refinadas puede traer problemas digestivos e intolerancia al gluten. Además, lo
que se ha visto en muchos casos es que todas aquellas personas que son grandes
consumidoras de harinas blancas refinadas presentan una deficiencia de vitamina
B.
Según diversos estudios,
se estima que un 20 por ciento de los adultos padece de deficiencia en B12.
Esta carencia puede conllevar desde alergias hasta problemas cardíacos o
digestivos.
Otro dato que debemos
tener en cuenta es que para la elaboración de estas harinas se utiliza un tipo
de enzima llamada amilasa, la cual es conocida por causar asma.
Es importante recordar
también que, a la hora de cultivar trigo, para conseguir grandes
cosechas se recurre a determinados fungicidas. Con ello, acabamos
ingiriendo una harina con una determinada carga tóxica que, de acumularse en
exceso, puede traer consecuencias.
5. Cansancio, fatiga y depresión
Los carbohidratos son “depresivos”
naturales. Esto se debe a que su acción altera la química del cerebro y
provoca cansancio, una sensación deprimente e incluso somnolencia.
Piensa que si desayunas, por ejemplo, un
bollo o un sándwich de pan blanco, vas a tener hambre al poco tiempo. En poco
más de media hora te sentirás cansado y falto de
energías.
Es
importante sustituir la harina blanca refinada por la integral: tendremos más nutrientes, regularemos el colesterol y, además,
dispondremos de más energía y estaremos más saciados.
Fuente: Actitudfem.com, mejorconsalud.com
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