domingo, 25 de septiembre de 2016

LA IMPORTANCIA DE QUE LOS NIÑOS TOMEN AGUA


 El cuerpo del niño está compuesto en un 80 por ciento por agua, mientras que el de un adulto está formado por agua en un 65 por ciento. Por tanto, los niños requieren un mayor consumo de agua. En general, durante los primeros meses de vida y durante la lactancia, no es necesario dar de beber agua al lactante, salvo en situaciones especiales, como en verano con calor intenso, fiebre o diarrea.

En principio, tanto la leche materna como la leche de fórmula le proporcionan ya la cantidad de líquido necesario para su organismo. Una vez iniciado el destete, es conveniente añadir agua a la dieta del bebé, en una cantidad equivalente al peso de una de las comidas. Beber agua es importante, sobre todo, durante los meses de calor, ya que se suda más y, en consecuencia, se pierden más líquidos.


En función de su edad y de su peso los lactantes:
3 meses: necesitan beber entre 750 y 850 ml de agua al día,
6 meses: entre 950 y 1.100 ml diarios
al año de vida: entre 1.150 y 1.300 ml cada día

A medida que van creciendo, las necesidades de agua se van incrementando. Así, desde el año hasta los 10 años conviene beber un litro y medio diario (de 4 a 6 vasos), y dos litros entre los 11 y los 18 años (de 6 a 8 vasos).


Para estar bien hidratado, hay que acostumbrar a los niños a tomar agua y este buen hábito forma parte del proceso educativo dirigido al cuidado del cuerpo. El agua ayuda a limpiar el organismo de toxinas y de elementos que deben expulsarse. Además, sirve para mejorar el metabolismo de los alimentos y es importante para evitar el estreñimiento. Por eso, es importante acostumbrar a los niños a beber agua, aunque no tengan sed. El agua que tomen los niños debe estar a temperatura ambiente y no demasiado fría, porque puede producir distensión abdominal.



FUENTE: Guiainfantil.com

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