lunes, 24 de abril de 2017

NIÑOS SANOS Y FELICES



 Todos los niños necesitan lo básico de la vida como una buena alimentación, hogar, así como sentirse amados y seguros para un buen desarrollo físico, mental y emocional. De ahí que especialistas presenten algunos consejos para que los niños crezcan felices y sanos.

Edward Hallowell, siquiatra y autor de The Childhood Roots of Adult Happiness, afirma que un niño feliz sonríe, juega; es curioso, muestra interés y convive con otros niños".

 Agrega que esta felicidad se incrementa cuando los padres se relacionan con ellos, juegan y se divierten juntos. Conectarse en su niñez garantiza un sano desarrollo del niño.

Hay muchas maneras de hacer crecer niños felices y bien adaptados. Expertos comparten algunos consejos para asegurarse de que así sea.

Respetar su autonomía.
Martha B. Straus, profesora en el Departamento de Psicología Clínica en Antioch University New England, Estados Unidos, aconseja que al ser los padres una guía para sus hijos es importante respetar su autonomía a medida que van creciendo, que comiencen a tomar sus propias decisiones y advertirles de las consecuencias.

Los padres deben compartir con alegría el éxito de los hijos y reconocer sus esfuerzos. Esto hace sentir al menor que tiene algo de control sobre su vida.

La experta en temas de familia también sugiere asegurarse de que un hijo esté practicando algo que ellos realmente disfrute.

 Alimentación saludable.
Como padre es indispensable enseñar a tus hijos la importancia de una buena nutrición, ya que está comprobado que de esto depende un adecuado crecimiento y aprendizaje.

De acuerdo con el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, las claves para una alimentación saludable son la variedad, el equilibrio y la moderación. Aconsejan alimentar a los niños con una variedad de verduras, frutas, legumbres, pescado, carnes magras y productos bajo en grasas, así como lácteos descremados y yogur. También mantenerlos perfectamente hidratados de preferencia con agua natural.

 Fomentar la actividad física.
Para Martha B. Straus esto implica más que tener a su hijo sano y en forma. Realizar una actividad física estimula la liberación de endorfinas que desencadenan sentimientos de felicidad. Además, es una forma de fomentar hábitos saludables para toda la vida.



Fuente: salud180.com

lunes, 10 de abril de 2017

VITAMINA D: Tomar el sol de manera inteligente

El excesivo respeto que la población está teniendo por la radiación, debido a su relación con el cáncer de piel, estaría provocando ciertos comportamientos sociales que dificultan la captación de vitamina D que ocurre con la exposición a la luz del sol. Esta realidad genera deficiencia de dicha vitamina en el cuerpo, lo que afecta la salud ósea, los músculos y el sistema inmune, entre otras funciones que también estarían relacionadas con la posible activación de otros tipos de cáncer.

Dos son las fuentes principales desde donde se obtiene la vitamina D, la primera es a través de la formación endógena que se produce en la piel y, la segunda, ocurre con la ingesta de ciertos alimentos que aportan la vitamina. También sucede naturalmente en el cuerpo después de haber estado expuesto a la luz solar; quince minutos al día, en horarios que no sean extremos, es suficiente.
Por otro lado, el consumo diario recomendado por expertos va desde las 400 a las 800 Unidades Internacionales de vitamina D, cantidad que varía de acuerdo con el estadio de desarrollo y las situaciones fisiológicas de la persona, como pueden ser el embarazo, la lactancia o el envejecimiento. Sus efectos en el metabolismo son diversos, fundamentalmente porque la mayoría de los tejidos contienen receptores para  vitamina D. Además de ser  vital para la salud ósea, cumple un importante rol muscular y participa en diversas funciones de regulación a nivel del ADN que,  han abierto una extensa ventana de nuevas funciones relacionadas con el sistema inmune, la diabetes, el desarrollo cerebral y ciertos tipos de cáncer.

Los niveles de vitamina D se miden en suero sanguíneo y dependen de la latitud, la dieta, la etnia, la radiación solar de cada país.
La deficiencia de vitamina D, observada en todo el mundo, tiene diversas causas y una de las principales se relaciona con el respeto que las personas le tienen al sol debido al miedo de generar melanomas o cáncer de piel. Esto ha hecho que la exposición de las personas a la luz solar haya ido disminuyendo, aumentando el uso de bloqueadores solares (un bloqueador solar con factor de protección 15 inhibe completamente la síntesis endógena de vitamina D), e incorporando vestimentas con protección UV que tampoco permiten la producción de vitamina D por la piel. A lo anterior se suma una deficiente selección de alimentos sin aporte vitamínico D. Esta carencia afecta a todo el mundo y a todas las edades y se asocia con la pérdida de masa ósea, el aumento del recambio óseo y con mayores niveles de hormona paratiroidea, fenómeno que predispone el desarrollo de osteomalacia y osteoporosis.

La gran mayoría de los estudios demuestran que la deficiencia de vitamina D se corrige con una adecuada suplementación que permite aumentar la densidad mineral ósea. Sin embargo, esta deficiencia también se ha asociado a otras manifestaciones que van más allá del metabolismo del calcio y la salud de los huesos, como las enfermedades cardiovasculares, la resistencia a la insulina, la disfunción de la célula beta (diabetes tipo 2), el desarrollo de enfermedades autoinmunes (diabetes tipo 1, artritis reumatoide y esclerosis múltiple) y el cáncer de colon, mama y próstata.
En los últimos años han surgido importantes evidencias que se relacionan con menores capacidades para el desarrollo de habilidades cognitivas. Estas evidencias provienen principalmente de modelos animales con restricción fetal de vitamina D y hacen referencia al posible papel que tendría dicha vitamina en el manejo de la depresión, el VIH, en el desarrollo cerebral, en la neuroprotección, la neurotransmisión y la neuroplasticidad.


Fuente: nutricionyvida.cl

lunes, 3 de abril de 2017

Conoce las 9 tendencias alimenticias que vienen. ¿Cuál va contigo?



Las necesidades del acelerado ritmo de vida urbano, la mayor concienciación sobre la salud y el respeto al medio ambiente, la consideración de la comida como fuente de experiencias, de placer y de entretenimiento afectan a los productos alimentarios y a la forma en que comemos y acaban configurando nuevas tendencias alimentarias. Así lo explican los especialistas de AZTI, un centro tecnológico especializado en innovación marina y alimentaria, que acaban de presentar un nuevo estudio sobre tendencias alimentarias a nivel mundial, el EATendencias, para explicar qué, cómo y dónde comeremos en el futuro más inmediato. 
Tras analizar las preferencias y formas de consumo de muchas personas, los especialistas de AZTI han identificado nueve tendencias alimentarias pujantes que se extenderán y consolidarán en los próximos años. Son estas:
Alimentación efímera
Entre muchos urbanitas el consumo de comida está condicionado por un ritmo de vida frenético, con jornadas laborales y personales que no dejan margen para unos horarios de comida regulares ni tiempo para sentarse o hacer sobremesa en un restaurante. De ahí que cada vez sean más los que desean tener alimentos disponibles en cualquier momento y lugar para satisfacer sus necesidades de comida de forma instantánea pero sin perder por ello calidad ni salubridad.
Alimentación conciencia
También son cada vez más quienes apuestan por productos y servicios que sean sostenibles medioambientalmente y que no conlleven maltrato social o animal en ninguno de los eslabones de su cadena de producción.

Salud personalizada
El mayor conocimiento sobre temas relacionados con la salud y la nutrición hace que muchas personas apuesten por personalizar su dieta en función de su estado de salud y de las necesidades de cada momento vital. Son consumidores que buscan productos saludables y adaptados a sus necesidades concretas, sean estas tomar alimentos sin sal, sin gluten o con determinados aportes vitamínicos o proteicos.
A mi medida
El consumo se ha convertido en una forma de expresar la identidad personal, de definirse o de mostrarse en público, y esto vale para la ropa, los móviles o la comida. Y hay un público que pide productos o servicios de alimentación que contribuyan a reforzar su identidad.
Simple e inteligente
Esta tendencia hace tiempo que tiene adeptos. El frenético ritmo de vida provoca que el consumidor busque soluciones flexibles y accesibles, que les ahorren tiempo a la hora de cocinar y alimentarse y que les ayuden a tener una vida más fácil.
El origen sí importa
En paralelo a los que buscan lo más rápido o sencillo y aprovechan las ventajas de la globalización en términos de variedad y diversidad, crece el colectivo de consumidores que prefieren lo local y lo cercano y que eligen comer sólo aquello de lo que tienen claro su origen, sea por razones medioambientales o sociales.
Experiencia Alimentaria
Para un número creciente de consumidores comer es mucho más que alimentarse. Buscan que la comida les aporte un momento único y memorable. La tendencia a vincular todo lo que rodea al mundo de la alimentación con estados emocionales, con diversión o con búsqueda de novedades va al alza.

Participación
Las nuevas tecnologías están favoreciendo una cultura participativa en torno a la alimentación. Los consumidores no se conforman con ser meros receptores de comida; quieren opinar, aprender e influir en los gustos y en la creación de nuevos productos, e incluso en las condiciones de compra. Un ejemplo muy claro son las plataformas de consumo colaborativo.
Conciencia
La última tendencia de futuro identificada en esta segunda edición de EATendencias –la primera se publicó en 2012– es la que lleva a algunos consumidores a apostar por productos, empresas y marcas que promuevan o compartan sus valores personales, que sean transparentes, honestas o divertidas. 
Las nueve tendencias apuntadas no son excluyentes entre sí y algunos consumidores responden a más de una o apuestan por una u otra según el momento. ¿A cuál te apuntas?



Fuente: lavanguardia.com